El cine documental puede ser una ventana poderosa hacia realidades silenciadas. En el caso del pueblo palestino, estas ventanas se abren en medio de muros, ocupaciones y luchas cotidianas por la dignidad. Aquí te presentamos tres documentales imprescindibles que, desde diferentes enfoques, muestran la vida bajo ocupación israelí, la resiliencia del pueblo palestino y su constante anhelo de libertad. Son obras que no solo informan, sino que conmueven, interpelan y resisten.
5 Broken Cameras (2011)
Nominado al Oscar al Mejor Largometraje Documental en 2012, Five Broken Cameras ofrece una mirada íntima y poderosa sobre la resistencia civil en la aldea cisjordana de Bil’in, donde en 2005 comenzaron protestas no violentas contra los asentamientos israelíes. Emad Burnat, un agricultor convertido en documentalista casi por necesidad, registra siete años de lucha, represión y vida familiar mientras su pueblo enfrenta el avance del muro de separación.
Las cinco cámaras que se le rompen durante el rodaje, algunas por balas, otras por gases lacrimógenos, marcan capítulos de su vida, de su comunidad, y de su evolución como testigo. A través del crecimiento de su hijo Gibreel y las súplicas de su esposa Soriya, la película humaniza un conflicto a menudo narrado con frialdad. Este documental es tanto una crónica política como un diario personal.
2. ¡Yallah! ¡Yallah! (2017)
En un rincón de Jerusalén del Este, entre muros y vigilancia militar, un grupo de niños juega al fútbol. “¡Yallah, yallah!” (“¡Dale, dale!”) grita un joven que pasa. Esa escena, simple y cotidiana, se convierte en un símbolo del espíritu de este documental que sigue a siete personas vinculadas al fútbol palestino.
¡Yallah! ¡Yallah! retrata con sensibilidad las dificultades que enfrentan estos jugadores, entrenadores y aficionados que aman el deporte en un contexto marcado por la ocupación. Es un filme que habla de perseverancia, de comunidad y de la capacidad del juego para generar esperanza incluso en los lugares más hostiles.
3. No Other Land (2024)
Este es el más reciente, y fue ganador del Oscar al Mejor Documental en la 97ª edición, «No hay otra tierra», como se traduce al español, es una obra colectiva dirigida por israelíes y palestinos: Basel Adra, Yuval Abraham, Rachel Szor, y Hamdan Ballal. La película retrata, desde dentro, la resistencia en Masafer Yatta, una región del sur de Cisjordania donde las fuerzas israelíes han intentado desalojar a comunidades palestinas bajo la justificación de crear una zona militar.
La historia sigue al joven activista y periodista Basel Adra, quien documenta desde niño la destrucción sistemática de su pueblo. Con imágenes inéditas, recuerdos familiares y escenas de resistencia, el filme se transforma en una denuncia urgente y un testimonio visceral sobre lo que significa luchar por quedarse en la tierra que uno habita.
Estos tres documentales no son solo cine: son formas de resistencia, archivos de memoria y herramientas de visibilización. Frente a una realidad marcada por décadas de ocupación y desplazamiento, estas historias permiten humanizar un conflicto que muchas veces se reduce a cifras o titulares.