Al menos 43 personas han muerto desde el amanecer en una nueva ola de ataques israelíes contra la Franja de Gaza, según informaron fuentes médicas locales. Entre las víctimas se encuentran al menos 20 solicitantes de ayuda que perdieron la vida mientras intentaban desesperadamente acceder a alimentos en centros de distribución administrados por la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una organización respaldada por Estados Unidos e Israel y duramente criticada por las Naciones Unidas por su “utilización de la ayuda como arma”.
Los centros de ayuda de la GHF se han convertido en verdaderas trampas mortales para miles de palestinos. Testimonios indican que la mayoría de los corredores humanitarios están bajo la supervisión directa del ejército israelí, ya sea mediante drones de vigilancia o patrullas terrestres.
Sobrevivientes relatan escenas de horror: disparos provenientes de drones y francotiradores apostados en zonas cercanas, atacando a multitudes hambrientas que solo buscaban alimento. A pesar de conocer con exactitud los horarios y ubicaciones de estas distribuciones, el ejército israelí continúa atacando de forma deliberada, denuncian fuentes locales.
“El área de ayuda se ha convertido en un nuevo campo de exterminio”, declaró un residente. “Ya no tenemos dónde sentirnos seguros, y muchos de nosotros hemos perdido la capacidad de elegir”.
Con estos nuevos ataques, el número total de muertos palestinos desde el inicio de la guerra supera los 56 mil , una cifra que expertos califican de asombrosa y devastadora.
